
Tokoname: el paraíso cerámico que todo amante del bonsái debería visitar
A solo 10 minutos del aeropuerto… y a un paso de enamorarte del barro japonés
¿Qué es Tokoname y por qué deberías apuntarlo YA en tu itinerario por Japón?
Tokoname es una pequeña ciudad al sur de la prefectura de Aichi, en Japón. Tiene unos 55.000 habitantes, mucho encanto, y más cerámica por metro cuadrado de la que uno podría imaginar.
Si eres como nosotros —es decir, fan del bonsái, la cerámica y todo lo que huela a tradición japonesa—, esta ciudad no solo es recomendable: es una parada obligatoria. Además, no puede ser más fácil llegar. ¡Está a solo 10 minutos en tren desde el Aeropuerto Internacional de Chubu, en Nagoya! Básicamente, bajas del avión… y subes directo a un viaje en el tiempo entre hornos tradicionales y tiendas llenas de arte.


Un mapa, dos rutas y una leyenda gatuna
Lo primero que hicimos al llegar (además de sacar la cámara y decir “¡mira eso!” cada tres pasos), fue pasar por el centro de información turística. Está justo al ladito de la estación de tren, y allí te dan un mapa con dos rutas: la corta y la larga, según el tiempo (y las piernas) que tengas disponibles.
Optamos por la ruta larga —porque somos valientes y teníamos antojo de cerámica—, y pronto nos encontramos en la calle Manekineko, una avenida dedicada al famoso gato de la suerte. Y no cualquier gato… allí está Tokonyan, una cabeza gigante de maneki neko que vigila la ciudad con cara de “¡bienvenido, forastero, y no olvides comprar una maceta!”
(Spoiler: os contaremos la historia de Tokonyan en otro artículo, porque sí, tiene leyenda y todo.)


Tiendas, arte y barro con alma
Durante nuestro paseo fuimos descubriendo pequeñas tiendas llenas de encanto, donde los artesanos venden sus obras directamente: macetas, figuras, tazas, y otros tesoros de arcilla que gritan «¡llévame contigo!» Algunas piezas son tan bonitas que te planteas si usarlas… o ponerles una alarma.
Además, muchas de estas tiendas están ubicadas en antiguos talleres, con hornos tradicionales que aún se conservan. Es un viaje cultural y visual, pero también una forma de conectar con una tradición que sigue viva, moldeada con las manos y el corazón.



Una ciudad para perderse... y encontrarse con la tradición
Tokoname no es solo una ciudad cerámica. Es un lugar que se vive, se camina y se disfruta con calma. Te invita a explorar, a tocar, a preguntar, a sorprenderte con cada rincón. Si vas a Japón y te apasiona el bonsái, el arte tradicional o simplemente lo bello, no dudes: pon Tokoname en tu mapa.
Te dejamos algunas fotos de nuestra visita para que te entren tantas ganas como a nosotros de volver.



Mil años de barro, fuego y arte que conquistaron el mundo del bonsái
De hornos milenarios a macetas que hacen suspirar a cualquier coleccionista
Tokoname no es solo una ciudad. Es un verdadero monumento a la cerámica japonesa, y su historia empieza nada menos que en el Período Heian (794–1190). Para que te hagas una idea, estamos hablando de una tradición más antigua que muchas catedrales europeas.
Fue uno de los Seis Grandes Hornos de Japón, un título nada modesto y muy merecido. A lo largo de los siglos, Tokoname ha sabido mantenerse firme —y caliente— en la producción de cerámica, convirtiéndose en un referente mundial.
Hoy en día, podríamos decir (con total seriedad) que no hay maestro del bonsái que no haya oído hablar de esta ciudad. Si el bonsái es el árbol perfecto, Tokoname hace las macetas que lo hacen brillar como se merece.
¿Qué se fabrica en Tokoname? Spoiler: de TODO
La cerámica de Tokoname no se limitó a las macetas. ¡Qué va! Aquí se coció literalmente de todo:
Artículos de té (¡sí, esos que invitan a filosofar!)
Botellas y envases para transportar agua o sake (muy importante)
Ladrillos, azulejos, pavimentos y tuberías (sí, incluso las cañerías tienen estilo en Japón)
Es como el Amazon medieval de la cerámica. Lo que necesitabas, Tokoname lo tenía. Y si no lo tenía, lo inventaba.

Del imperio chino al toque japonés: ¡que vivan las macetas!
Durante siglos, la mayoría de las macetas de bonsái venían de China. Pero en el siglo XVII, Japón dijo: “espera, que nosotros también sabemos jugar este juego”. Y vaya si lo hicieron bien.
Los hornos japoneses comenzaron a producir macetas con arcilla local de altísima calidad, obteniendo texturas suaves y acabados que siguen siendo la envidia del mundo. Las macetas de Tokoname, por supuesto, se llevaron la corona. Y en próximos artículos, os contaremos en detalle por qué.



Maceta para bonsái del maestro de Tokoname Bigei. Colección Laos Garden.
Horno escalonado Nobori-gama: el Ferrari de la alfarería
Aquí viene el dato técnico para impresionar a tus amigos ceramistas: el horno escalonado Nobori-gama es una maravilla de la ingeniería tradicional. Tiene varias cámaras construidas en pendiente, lo que permite que el calor fluya de forma eficiente entre ellas. Resultado: cocción perfecta, sin necesidad de microondas ni botón de «pizza».
Y aunque parezca una tecnología ancestral, todavía hay ejemplos que se conservan —y en algunos casos, ¡hasta se han reconvertido en restaurantes! Porque si vas a servir ramen, ¿qué mejor que hacerlo dentro de una antigua cámara de cocción?


Chimenea de un horno modesto y horno escalonado Nobori-gama.
Los Do-Gama: pequeños hornos, grandes obras
Pero si hablamos de macetas de bonsái top, muchas nacieron en hornos mucho más humildes, conocidos como Do-Gama. Eran pequeños, de adobe, casi caseros… pero lo que cocían dentro era oro en forma de barro. Las piezas salían con alma. Y vaya si se nota.
Shigaraki, Edo y mucho más que barro
La cerámica de Tokoname no es solo resistente y funcional. Es también bella, sobria, potente. Combina fuerza y tecnología con una sensibilidad estética que hace que cualquier bonsái luzca aún más espectacular. Son, literalmente, el dúo dinámico del arte japonés.


Cámara de fuego de un gran horno hoy reconvertida en una elegante barra de un buen restaurante.


En resumen...
Tokoname es barro con historia, fuego con propósito, y belleza con utilidad. Si te gusta el bonsái, esta ciudad debería estar en tu radar. Y si no te gusta… bueno, quizás una visita te haga cambiar de opinión.
En los próximos artículos nos meteremos de lleno en las macetas más emblemáticas, los artesanos más conocidos y cómo reconocer una auténtica Tokoname a primera vista.


¿Has estado en Tokoname o te gustaría ir? ¿Te gustaría que hagamos una guía con tips para tu primera visita?
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Créditos: Wikipedia, archivo Laos Garden. Fotos Japón: Antonio Richardo.