Llegó la hora de los pulgones.
Te levantas una buena mañana de primavera, vas a ver tus arbolillos y, ¡sorpresa!, encuentras los brotes nuevos plagados de unas “bolitas verdes”, negras o amarillas, que defolian gratuitamente tus bonsáis.
Estas “bolitas” son los pulgones, una de las plagas más frecuentes en los bonsáis. Son muy pocas las especies que se libran de estos ataques indiscriminados, a excepción de algunas coníferas, especialmente las de aguja como los enebros. La mayor parte de las especies empleadas en bonsái son susceptibles de tener un ataque de estos insectos. Manzanos, cítricos, arces y cualquier árbol con brotes tiernos tienen altas posibilidades de tener pulgón durante la primavera, el verano y, en ocasiones, en otoño, cuando estos brotes no son especialmente duros.
Los pulgones son una de las plagas más fáciles de reconocer y su propagación suele ser muy rápida, agrupándose en gran número en los brotes tiernos, pero en principio su control es bastante sencillo.
Efecto de los pulgones en los bonsáis.
Al alimentarse de la savia de los árboles, los brotes infectados se debilitan y en ocasiones amarillean (clorosis) y llegan a deformarse. El número de individuos que ataca un brote suele ser elevado; esto es debido a la particular forma de reproducción del pulgón, la partenogénesis. Se trata de una reproducción vivípara (sin huevos); los nuevos pulgones nacen directamente de la madre sin necesidad de que esta sea fecundada previamente por un macho. Es decir, el pulgón hembra es capaz de sacar una copia de sí misma de manera completamente independiente.
La reproducción partenogenética junto a la simbiosis de los pulgones con las hormigas convierten estos insectos en una plaga muy eficaz. Las hormigas se alimentan de la melaza segregada por los pulgones. Se podría decir que los pulgones son el “ganado” de las hormigas. Es usual cuando fumigas un árbol con estos insectos ver como las hormigas se llevan a los pulgones vivos a “pastar” a otro árbol con menos química.
Características anatómicas y ciclo reproductivo.
El tamaño de los pulgones está entre 1 y 3 mm; pueden ser de color verde, blanquecinos, amarillentos, marrones o negros. Esto se debe a que hay distintos géneros de pulgón, entre los que destacan los más conocidos o frecuentes:
Aphis sp. (Pulgones verdes y negros)
Cinara sp. (Llamado el pulgón de las coníferas)
Eriosoma sp. (Pulgón lanígero)
Myzus sp. (Pulgones verdes)
Psylla oleae (Pulgón del olivo, color blanco)
Pueden tener el cuerpo alargado, aunque por lo general son globosos o redondeados. Su cuerpo, como el resto de los insectos, tiene tres partes bien diferenciadas: cabeza, tórax y abdomen.
En la cabeza se encuentran los ojos y las antenas que sirven de órgano olfativo.
Del tórax nacen tres pares de patas, son apéndices de los tres segmentos torácicos, el protórax, mesotórax y metatórax. Tórax y abdomen pueden estar recubiertos por una especie de pequeños “pelos” denominados quetas y en los pulgones lanígeros, existen unas glándulas que fabrican ceras pulverulentas y filamentosas que pueden cubrir parte o la totalidad del cuerpo.
En la boca poseen un estilete con el que succionan la savia elaborada y al final del abdomen los pulgones tienen dos sifones, por donde expulsan sustancias de deshecho de la hemolinfa (el equivalente a nuestra sangre)
La eficaz reproducción del pulgón es su arma secreta y claramente el motivo de que tengamos esta plaga cada primavera.
Al final del invierno comienzan a eclosionar los huevos puestos el verano pasado y que se mantenían en estado de vida latente.
Generalmente, durante toda la primavera y parte del verano se reproducen de manera vivípara (cuando las temperaturas superan los 30º y estas son continuadas dejan de reproducirse), después nos darán un respiro.
Al final del otoño se produce una generación de machos, se aparean con las hembras y se produce una puesta de huevos que pasarán el nuevo invierno en estado de latencia para eclosionar nuevamente la próxima primavera.
Hay que tener especial cuidado con las especies de pulgones que se instalan en las raíces o partes bajas de los tallos de los árboles, ya que son más difíciles de detectar .
Los pulgones son capaces de producir agallas, estas agallas son son estructuras de tipo tumoral inducidas por la acción de los pulgones. Se trata de la respuesta del vegetal a la presencia del parásito con un crecimiento anómalo de tejido que intenta aislar el ataque. Este tejido de nueva formación adquiere formas muy variadas. Son muy características las agallas producidas por pulgón en olmos.
Control de las plagas y tratamientos
La aplicación de productos como líquido de jin y ovicidas pueden ayudar a que los huevos de pulgones no lleguen a eclosionar en primavera.
Es importante actuar a las primeras evidencias de plantas infectadas, antes de que se extienda la plaga. Especialmente es importante revisar las plantas al principio de la primavera, ya que, como he comentado anteriormente, bien entrado el verano, con las altas temperaturas, cuando estás ya se dan de manera constante, o el endurecimiento de las hojas, las plagas de pulgón suelen ir desapareciendo o perdiendo su virulencia. Igualmente, cuando encontramos un bonsái infectado, es frecuente que tengamos más pulgón en las plantas cercanas.
Tratamientos:
La eliminación mecánica, con agua a presión, podría ser suficiente si la plaga no está muy extendida.
Tratamientos químicos:
Los productos que presentamos a continuación son un ejemplo de los muchos que pueden encontrarse en el mercado. La mayor parte de los químicos son difícilmente adquiribles para el consumo doméstico, ya que son muy contaminantes y por lo general requieren de la presentación del carnet de manipulador y aplicador de productos fitosanitarios para su adquisición. Posteriormente, listaremos también productos ecológicos y de uso doméstico.
Confidor, BAYER
Insecticida sistémico (entra en el sistema radicular de la planta). Su principio activo es el IMIDACLOPRID, actúa además por contacto e ingestión. Al succionar la savia con el producto, el pulgón muere. También es eficaz en riego para pulgones en las raíces.
Dosis: 1 ml x Litro. 1 aplicación cada 15 o 20 días. Repetir hasta solucionar el problema, normalmente un par de aplicaciones es suficiente.
Tiene una elevada persistencia y está indicado para plagas muy extendidas o incipientes.
Dursban, BAYER
Insecticida de contacto, no es absorbido por la planta. El principio activo es CLORPIRIFOS
Dosis: 2 ml x Litro. 1 aplicación cada 15 o 20 días. Repetir hasta solucionar el problema, normalmente un par de aplicaciones es suficiente.
Se indica en tratamientos de choque y tiene una gran persistencia.
Nurelle, DOW AGROSCIENCES
Se trata de una piretrina sintética. Las piretrinas son compuestos con propiedades insecticidas que son producidos por las propias plantas. El principio activo es CIPERMETRINA. No es sistémico, pero actúa por contacto e ingestión.
Dosis: 0,5 ml x Litro. Una vez por semana, repitiendo la aplicación por 3 o 4 semanas, ya que las piretrinas se degradan rápidamente.
Tratamiento de uso domestico:
Pistola Insecticida Polivalente, MASSÓ
Es un insecticida acaricida de amplio espectro para aplicar directamente en pulverización. El principio activo es ACETAMIPRID.
Elimina y previene numerosos insectos y ácaros de las plantas del jardín. Es sistémico y nos da hasta 4 semanas de protección. Insecticida-acaricida para cuidar plantas ornamentales (incluso las plantas de interior), hortícolas y frutales.
Dosis: Aplicar directamente en pulverización cada 3 semanas en presencia de insectos
Si los pulgones evidencian un problema con exceso de hormigas podemos emplear también Anti-hormigas
Anti-hormigas, MASSÓ
El anti-hormigas PER 04 es un insecticida listo para su uso y eficaz contra hormigas e insectos voladores y rastreros en general (cucarachas, pulgas…) y garrapatas. Elimina los insectos y crea un efecto barrera que protege interiores y exteriores durante 3 semanas. 100% efectiva.
Principio activo: permetrina 0,4%, Sustancia de sabor amargo 0,001%, Excipientes y disolventes c.s.p. 100%.
Dosis: Directamente en pulverización en presencia de insectos.
Tratamientos ecológicos
Se han empleado otros insectos depredadores de pulgones para controlar las plagas, como pueden ser las mariquitas o las crisopas.
A parte de estos depredadores naturales, en el mercado se pueden encontrar productos ecológicos como:
JABÓN POTÁSICO. Son soluciones potásicas que en distintas concentraciones atacan a los insectos sin dañar la planta ni el medio ambiente. Hay muchos en el mercado.
EXTRACTOS DE AJO U ORTIGA. Pueden comprarse, hay muchos en el mercado, o prepararse de manera casera, macerando estos vegetales en agua. Son eficaces para controlar las plagas
EXTRACTO DE NEEM. También hay varias marcas que lo comercializan, se trata de un producto procedente de la Azadirachta, un árbol que tiene un compuesto natural que ataca a los procesos metabólicos de los insectos interfiriendo en sus hormonas e impidiendo que completen su ciclo de desarrollo correctamente.
Licencia fotos: Adobe Stock y archivo LaosGarden.